Fotógrafos: Alfred Palmer, Jack Delano, Howard Hollem y David Bransby.
Dicen las malas lenguas que las mujeres somos "jodidas" en el trabajo: competitivas, envidiosas, presas de nuestro ciclo hormonal, inestables, entre otras malas famas que nos han hecho. Yo me pregunto: los hombres siguen por el momento ocupando la mayoría de los puestos de mayor responsabilidad en cuanto a toma de decisiones... Pero pueden ellos, a la vez, ocuparse eficientemente del trabajo, de la tarea de los chicos, de las compras de la casa, de las indicaciones para la empleada, de los turnos médicos para la esposa, de los padres, de los suegros, de la mascota, de las plantas, de los amigos con angustias... Habrá excepciones, por supuesto, pero en general en pleno siglo XXI somos las mujeres las que lidiamos con todo esto. Y no es que seamos la mujer maravilla, ni que tengamos que brillar en todo -porque eso no es más que meternos más y más presión insufrible-, sino simplemente que somos más elásticas y con la capacidad de dividir nuestro cerebro en varias partes, a pesar de todos los problemas que podamos tener como buenos seres humanos que somos. No sé cómo lo hacemos, pero lo hacemos. Mal, bien, maso, pero si queremos y nos comprometemos, lo hacemos.
Todo esto viene a cuento porque quería compartir con ustedes unas fotos fantásticas sacadas en EEUU durante la segunda guerra mundial (1939-1945), en las que vemos a mujeres armando aviones y manipulando máquinas, algo que hasta el momento era exclusivo de la mano masculina.
Los hombres estaban en el frente de batalla, así que la mujer fue convocada para ocupar puestos vacíos en las fábricas. Era un ida y vuelta: los gobiernos necesitaban la mano de obra femenina y las mujeres necesitaban un ingreso para reemplazar al de su marido en combate. Además, hubo toda una propaganda para convencer a la mujer de que su aporte era más que necesario para el bien de la nación. Pero eso es un tema aparte que lo dejo para los especialistas en historia!!!! (un guiño a Mati, por supuesto!!!).
Parte de esa propaganda se hizo a través de estos posters, en la que vemos a una mujer con rouge pero preparada para el trabajo pesado. El fenómeno se conoció como "Rosie, the riveter" (Rosie, la remachadora), y es un ícono cultural de los EEUU. Sólo imaginemos la época: la mujer se dedicaba a su casa y dependía de un marido proveedor, y las que trabajaban optaban por la docencia, por ser secretarias, por la enfermería o por el cuidado de ancianos y niños. Por supuesto que habría profesionales, pero eran las menos. De repente, pensar en una mujer capaz de armar aviones y armas de guerra en ambientes fabriles, tal como los hombres, era algo muy loco.
Calculo que estas fotos son de mujeres trabajadoras reales, de las cuales se decía que asistían a las fábricas bien maquilladas y peinaditas, sin perder su feminidad a pesar de la rudeza de la tarea encomendada.
En un blog encontré un artículo que no tiene desperdicio, publicado en julio de 1943 en la Revista del Transporte, en el que se daban 11 consejos a la hora de contratar mujeres para una fábrica. Como se imaginarán, el artículo está escrito por hombres. Les traduzco algunos de los consejos porque son apoteóticos:
"Otórguele a cada chica un número adecuado de períodos de descanso durante el día. Usted tiene que darle ciertos permisos a la psicología femenina. Una chica tiene más confianza y es más eficiente si puede mantener su pelo arreglado, renovar el lápiz labial y lavarse las manos varias veces al día".
"Contrate a mujeres jóvenes casadas. Ellas por lo general tienen más sentido de la responsabilidad que las solteras. Es menos probable que sean insinuantes, ellas necesitan trabajar o no lo estarían haciendo, todavía tienen la energía y el interés de trabajar duramente y de lidiar con el público en forma eficiente".
"Sea cuidadoso al dar instrucciones o al hacer críticas. Las mujeres a menudo son sensibles; ellas no pueden sobreponerse a palabras fuertes de la manera en la que lo hacen los hombres. Nunca ridiculice a una mujer: destroza su ánimo y corta su eficiencia".
Como verán por estos consejos, en 1943 nos trataban como a seres alienígenas, basándose en preconceptos. Sabían muy poco de nosotras, así que nos trataban con cuidado, como si fuéramos bombas a punto de explotar... Resulta gracioso y triste a la vez, no?
Sin ahondar demasiado en datos históricos, quería homenajear en "Sensación Vintage" a estas mujeres que se animaron a dejar su zona de confort para salir a trabajar. Me gustaría saber cómo fue en Argentina esta transición de la mujer de la casa al trabajo... Pensemos que recién en 1951, las mujeres pudimos votar a nivel nacional en este país.
Ojalá les hayan gustado las fotos de estas ladies armando aviones... Quizás algunas abuelas recuerden a Rosie la remachadora y a todo este fenómeno. Un beso enorme para todos, hasta la próxima!!!!!!!